Opinión - Editorial
El calvario de los santandereanos son las PÉSIMAS CARRETERAS

No es posible que mientras en la Costa Atlántica
y en el territorio de Antioquia construyen autopistas de cuarta generación, aquí sigamos esperando
que se mejoren los caminos de herradura porque en la tierra donde se produjo todo el asfalto que
necesitó Colombia, seguimos padeciendo el infortunio de la falta de vías adecuadas de
comunicación.
El gobierno nacional por intermedio del señor expresidente de
la república, Iván Duque Márquez, dejó firmado un convenio con el señor gobernador de Santander,
Mauricio Aguilar Hurtado, que le daba luz verde a unas transferencias del presupuesto de la nación
para hacerle justicia a las poblaciones de la denominada ‘Ruta del Petroleo’, situadas en la
cordillera de los Yariguies, partiendo de Barrancabermeja, la capital petrolera de Colombia, hacia
San Vicente de Chucurí, Betulia, Zapatoca, la Fuente, Galán, Palmar, Hato y El
Socorro.
Era de esperarse que el señor exPresidente Iván Duque Márquez
dejara cumplido siquiera la mitad de su compromiso con el departamento de Santander, pero hasta la
fecha, ninguna de esas poblaciones ha visto siquiera un metro de asfalto de la pasada y de la actual
administración nacional. Ha sido la etapa más árida de las obras públicas en Santander, debido al
general invierno del año 2021, donde prácticamente desapareció el tramo de la vía Piedecuesta –
Pescadero, donde hubo necesidad de invertir recursos extraordinarios de la nación, que no estaban
presupuestados.
El pasado gobierno del expresidente Iván Duque reactivó,
junto con el gobernador de Santander Mauricio Aguilar, las obras de ampliación y pavimentación de la
carretera Los Curos – Málaga, con tan mala fortuna que las obras que se alcanzaron a construir en
pasadas administraciones ya fueron destruidas por la furia de las aguas y por la inestabilidad del
suelo en el Cerro de La Judía, que se ha tragado físicamente miles de millones de pesos,
especialmente en el sector comprendido entre los municipios de Santa Bárbara, Guaca y San Andrés. El
señor Secretario de Infraestructura del departamento, Iván René Rodríguez Cancino, no ha contado con
el equipo humano necesario para sacar adelante el denominado ‘Pacto Funcional por Santander’, por la
falta de personal idóneo y por la complejidad de los trámites oficiales.
Se acercan unas elecciones de alcaldes y gobernadores, diputados y
concejales, donde todo el mundo se lamenta por el mal estado de las carreteras que el invierno ha
destruido. El antiguo camino del Carare, por donde se construyó la carretera Barbosa – Vélez-
Landázuri- Cimitarra, estará fuera de servicio, cuando era la columna vertebral de los municipios
del sur del departamento, a conectar con la troncal del Magdalena Medio.
Lo que no se haga en los próximos dieciséis meses del gobierno del
doctor Mauricio Aguilar Hurtado, se quedará aplazado indefinidamente, porque el ‘Pacto Funcional por
Santander’ perderá vigencia. Ojalá el nuevo ministro del transporte, Guillermo Francisco Reyes
González, pueda recoger esta súplica que le hacemos sus paisanos, en este cruce de caminos de la
historia, cuando hemos perdido la esperanza de contar con mejores vías de
comunicación.
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