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Indicadores Económicos
Opinión - Editorial
¿También se quieren robar el acueducto?
El abogado Eduardo Muñoz Serpa, columnista de ‘Vanguardia’ se
preguntaba ayer en su columna habitual del periódico de la familia Galvis, donde estaría el alcalde
de Bucaramanga a la hora de convocar un concurso de méritos para escoger el nuevo gerente del
Acueducto Metropolitano y que está pasando con la transformación de la denominada ‘Ciudad
Bonita’ en una urbe abandonada, atosigada de basuras, desordenada y anárquica, donde los
motociclistas, que son los mayores usufructuarios de las vías públicas, hacen lo que les viene en
gana. Causa dolor y angustia el impresionante desorden de esta
ciudad, a la que le faltan vías de comunicación y donde se perdieron gran parte de los bienes
inmuebles adquiridos mediante el gravamen de valorización por beneficio general, con los recursos
que estaban destinados al mejoramiento de la malla vial, como ocurrió con la ampliación de la calle
54 entre la carrera 36 y la Ciudadela Real de Minas, que se quedó sin ejecutar.
En medio de esta situación de anarquía en que están convertidas las
calles, parques y avenidas de la capital santandereana, ha llegado a la junta directiva del
Acueducto Metropolitano el ‘Lobo de Caperucita Roja’ a tomarse la gerencia de la principal empresa
de servicios públicos que le queda a la capital de Santander. Inventaron un concurso de méritos para
designar a un ingeniero paisa, que aparece mal referenciado y peor recomendado en las páginas de
opinión del ‘Diario La Patria’ de Manizales, donde fue uno de los tres gerentes que quebraron a la
empresa ‘Aguas de Manizales’
Tenemos el recorte de prensa del diario
‘La Patria’ donde se advierte que el ingeniero Estrada no es el sabio que buscaron los encopetados e
incautos miembros de la Junta Directiva del Acueducto de Bucaramanga sino uno de los ‘lobos feroces’
que contribuyeron a la quiebra de la compañía caldense. Y uno se pregunta, cómo y cuándo en esta
ciudad universitaria, como Bucaramanga, donde viven por lo menos quinientos ingenieros graduados,
brillantes profesores universitarios y muchos de ellos con reconocida experiencia en el manejo
de empresas de servicios públicos, hubo que realizar un falso concurso de méritos a la medida de un
sospechoso cambalache entre las administraciones municipales de Bucaramanga y el departamento de
Caldas, para buscarle puesto al ingeniero Estrada Carmona, que no es ningún sabio, sino un alfil de
una de las tantas organizaciones políticas que realizan festines burocráticos en la zona cafetera de
Caldas.
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