Santander - Región
Una mujer estuvo al frente del pelotón que mitigó gran incendio forestal en Chocoa, Santander
La
madrugada del viernes 10 de febrero, los soldados del Batallón de Ingenieros de Atención y
Prevención de Desastres No. 81, agregado operacionalmente al Batallón Caldas de la Quinta
Brigada, se alistaban para atender un incendio forestal que, desde la noche anterior consumía varias
hectáreas en la vereda Chocoa de Girón, Santander.
Fueron 33 hombres, bajo el mando de una mujer, sabían que debían entregar
su mayor esfuerzo para la seguridad de la comunidad y la protección de los recursos
naturales.
Ellos, con la convicción más firme y siguiendo las órdenes de la teniente Daniela Mora, emprendieron esta loable y valerosa misión,
que luego de varias horas, pudo ser mitigada con éxito.
Su incomparable compromiso aunado
con sus deseos de servicio y de sacar de sus hombres lo mejor de sí mismos, hicieron que esta joven oficial, pudiera superar uno de sus retos más
importantes, ser una buena comandante en lo que fue para ella, el momento donde se prueban las
habilidades de un buen líder por todo lo que había en juego en esa situación complicada por
la rudeza del terreno y la fuerza del incendio.
Por un lado, estaba la
responsabilidad de articular esfuerzos con los demás organismos de socorro para atender rápidamente la emergencia y por otro, la urgencia de una
comunidad que aclamaba a gritos que las llamas cesaran para que no se extendieran por más
terreno, afectando, flora, fauna y hasta las mismas familias del
sector.
Sus inicios dentro de la institución no fueron fáciles. Siendo
egresada de un colegio de monjas, llegó a la escuela militar de
cadetes con la firme vocación de servir a la patria y formar soldados íntegros, buenos, soldados a
los que ella misma afirma que les exige tanto o más que un comandante del género opuesto,
porque para ella el orden y la responsabilidad están por encima de todo.
Su mayor sueño: ser la comandante de un
batallón de ingenieros. Su mayor logro: servir a los colombianos ante cualquier emergencia. Esta
santandereana aguerrida como el imponente Cañón del Chicamocha, es
la prueba fehaciente que para una mujer no hay reto que, por difícil que parezca, no pueda superarlo
y que la sociedad y las instituciones cada día están más preparadas para darle paso al género
femenino dentro de sus funciones, porque su instinto y su compromiso, elevan las capacidades y
permiten enfocarlas hacia el cumplimiento de la misión.
Hoy, una de las
especialidades más importantes del arma de Ingenieros Militares del Ejército Nacional, es liderada en este departamento de gente pujante, por una mujer que desde
muy pequeña y, hasta este momento, ha demostrado tener las cualidades para portar con orgullo
y valor el uniforme pixelado como su segunda piel.
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